Desde hace algún tiempo venimos escuchando la expresión “protocolo familiar” en el ámbito empresarial. Que es esta figura? No es simple y únicamente un contrato, es un acuerdo Marco que contiene por un lado elementos contractuales y por otro un código de conducta personal y familiar cuya fuerza de obligar deriva del convencimiento de los familiares firmantes de la necesidad de cumplir su contenido por la continuidad de la empresa.
Dicho con otras palabras, los propietarios de empresas con dirección familiar establecen reglas que garanticen su continuación en prevención de una intromisión abusiva de la familia en la gestión de aquella. Quien no ha escuchado la siguiente frase alguna vez: “cuando entraron los hijos a dirigir el negocio este se hundió”. El protocolo familiar precisamente lo que pretende es evitar esto. Se trata de un documento complejo cuya redacción no solo requiere conocimientos técnicos sino también de empatía y sensibilidad. Es también posible extrapolarlo a la sucesión patrimonial, es decir, aquellas familias que igualmente cuentan con patrimonio y quieren establecer pactos que eviten enfrentamientos futuros.